las filas de mercenarios que a mi espalda andaban
no digerían el rastro de mis babas de caracol,
en cambio tú
has sabido no resbalarte con las huellas de mis cicatrices.
es fácil perderse en la perfección y olvidarte de tu propio nombre
olvidar el acero que al principio repercutía entre mis piernas
para renombrarlo semilla y flor,
suave, como la superficie pulida de una encimera de cocina recién puesta.
soy un genio
soy una artista
soy la lacra
soy el parásito
soy la vida que creará vida de ti.
domingo, 27 de abril de 2014
domingo, 6 de enero de 2013
tor-nado
no puedo reconocer todos los
cadáveres desmembrados
que descansan en la acera.
sin embargo,
puedo masajear algunos corazones muertos
y devolverlos a la vida.
pero a veces se aprenden cosas:
mirame ahora,
tus manos tornan mi cuerpo mantequilla
y los recovecos de tu espalda son el mejor escondite.
Lo siento,
si las alcantarillas lloran mi pérdida.
mirame ahora:
me vistes de blanco para ocasiones infinitas y yo,
yo me dejo vestir por tus manos
como si cada poro de mi piel fuera una tecla del piano de tu vida.
te quiero.
porque lo dice mi lengua,
que siempre parece ser demasiado lista,
y saberlo todo.
sábado, 24 de noviembre de 2012
ahora
no puedo escribir,
porque todo es demasiado bonito
y no sé describir la belleza.
hasta entonces,
recordadme
siempre con cicatrices
y cuervos en mi estómago.
sábado, 1 de septiembre de 2012
parto
Cómo tengo que expresar lo bello,
si yo soy más
de decir puta, de decir coño, de decir semen.
De qué manera hay que rajarse las arterias
para que de la sangre, en el suelo brote un corazón.
Vale.
a veces sueño con serpientes sin veneno ,
con jeroglíficos desencriptados en las paredes de mi útero,
y en silencio
escupo en todas las plantas, para no tener que regarlas con lágrimas.
pero ÉL,
que se hace aire y agua en mi boca
me salva todas las mañanas...
Es el fruto de un parto eterno,
chorreando amor entre mis piernas.
jueves, 31 de mayo de 2012
perfect time
Dios está enfadado
y me castiga con amor.
el movimiento de rotación de mis caderas
ha cambiado de eje,
todas las estaciones se han convertido
en una vomitiva primavera constante.
escupo cada día desde un peldaño más alto de las escaleras,
donde tú me esperas con lluvia en las manos
y yo te llevo arena en los bolsillos.
la perfección existe
en el instante después de las tormentas.
cuando todo se calma,
cuando huele a sexo entre el agua y la tierra.
y me castiga con amor.
el movimiento de rotación de mis caderas
ha cambiado de eje,
todas las estaciones se han convertido
en una vomitiva primavera constante.
escupo cada día desde un peldaño más alto de las escaleras,
donde tú me esperas con lluvia en las manos
y yo te llevo arena en los bolsillos.
la perfección existe
en el instante después de las tormentas.
cuando todo se calma,
cuando huele a sexo entre el agua y la tierra.
domingo, 20 de mayo de 2012
con Z
Sigo en deuda
con todos los callejones de la ciudad,
Madriz es un agujero negro lleno de vómitos recientes,
el único lugar donde volver.
Madriz, es una prostituta con las medias rotas
y un hueco para los borrachos que se olvidan
de que el amor es un cáncer doloroso e infiltrante.
Pero estoy tratando de esquivar todas las alcantarillas,
porque sé que las ratas esperan ansiosas
devorar mi jóven y bello cadáver.
con todos los callejones de la ciudad,
Madriz es un agujero negro lleno de vómitos recientes,
el único lugar donde volver.
Madriz, es una prostituta con las medias rotas
y un hueco para los borrachos que se olvidan
de que el amor es un cáncer doloroso e infiltrante.
Pero estoy tratando de esquivar todas las alcantarillas,
porque sé que las ratas esperan ansiosas
devorar mi jóven y bello cadáver.
miércoles, 2 de mayo de 2012
de gusanos y anfibios
Se me desnudaron las escamas
y los nenúfares ya no me sostenían sobre el agua.
por una vez fui anfibio necesitado de amor.
Entonces sucedió,
y los gusanos transparentes que crecían debajo de mi cama
se comieron todas las estrellas.
Ahora brillan,
y voy lamiendo las babas que dejan por el suelo del pasillo
en un intento desesperado de ser luz,
por fin
y que se mueran
de envidia
las luciérnagas.
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