las filas de mercenarios que a mi espalda andaban
no digerían el rastro de mis babas de caracol,
en cambio tú
has sabido no resbalarte con las huellas de mis cicatrices.
es fácil perderse en la perfección y olvidarte de tu propio nombre
olvidar el acero que al principio repercutía entre mis piernas
para renombrarlo semilla y flor,
suave, como la superficie pulida de una encimera de cocina recién puesta.
soy un genio
soy una artista
soy la lacra
soy el parásito
soy la vida que creará vida de ti.
1 comentario:
y de vez en cuando nos dejamos caer por aquí.
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